sábado, 18 de febrero de 2012

Sentencias y Opio

Diferentes manera de ocio, diríase del mismo lugar en donde el titiritero toma en serio su oficio, inauditos cordeles, también he comprobado que se identifican las salas de atrás en donde se negocia el opio. Al tipo de la peluca rara, le pusieron una buena excusa en la boca, le enseñaron a escribir como un quinceañero en BlackBerry, fugaz, fugaz... pero se le olvidó aplicar el aturdimiento del cansancio. Me han sentenciado, ha leer sólo los titulares que he de olvidar al doblar la esquina, porque no les he tenido nada de fe... fe?, trogloditamente fe. Mientras siga sonando mi canción no he de preocuparme por nada, pero afuerita.... hace frío, el agua ha saturado las cañerías arteriales y cada vez que veía su enfado, se me ocurría una buena excusa. Tierra de paradójicas excusas, como aquella que confiaba en la capacidad del capataz de turno, aunque este turno se vaya amortiguando, al fin y al cabo un evidente turno, sin ficha, sin fecha. Quedará en manos de pocos la reconciliación con la cordura, ni la justicia, ni la meretriz opinión ciudadana, a aquellos que no los vi en las manifestaciones, les queda un "twitt" para intentar ser el primero en enterarse, de la comunicación farsante, de las juergas del poder, de la intransigencia del jefe de hogar que no quiere dejar el control para acabar por convencerse que el futbol es un buen dopante. Ya hemos de volver, a la vuelta del cerrojo, en las hieráticas maneras de sonreír, con tufo a cigarrillo electrónico y una inquieta convicción de que las vacaciones deberían ser más largas, o más extrañadas, pero al fin y al cabo deben ser...