lunes, 12 de octubre de 2020

Federalismo Ancestral para un Ecuador encrucijado

Hoy, realizo un tributo a los pueblos originarios que soportaron la agresión, especialmente aquella identitaria y cultural, pues la violencia física siempre ha acompañado el caminar del conquistador y por lo tanto la hemos aceptado por defecto. Decolonial... es un término que se acuña cada vez más para etiquetar al pensamiento autónomo, pues las líneas que trazamos con mis estudiantes sinceramente define la búsqueda de esta descolonización de pensamiento... la irreverencia imprescindible a nuestros tiempos. En una fecha ambivalente para la humanidad, la esperanza que una parte de todo el pensamiento se haya quedado escondida a la masacre, y que el mestizaje impuesto sea más benefactor de la cultura. Hoy es día de la interculturalidad.. el título del manuscrito es "Federalismo Ancestral para un Ecuador encrucijado"
Resumen: El modelo de estado y por consiguiente de desarrollo en el Ecuador requiere urgentemente renovación. Ante este reto, se desarrolla en el texto un análisis y discusión sobre la pertinencia de un sistema federal de gobierno fundamentado en su identidad cultural originaria, básicamente por la presencia e importancia inmanente de una sabiduría ancestral que ya generó previo a la llegada de europeos a nuestras tierras, una idea de gobernanza muy particular, que hoy debe ser el sustento de aquella característica diferenciadora del Ecuador y Latinoamérica y que por su característica holística hoy la consideramos pertinente. Para sustentar la hipótesis planteada en la metodología, revisamos conceptos claves como la cosmovisión de los pueblos latinoamericanos, contrastaremos este bagaje de conocimientos del pasado hacia la vida contemporánea de las organizaciones de reivindicación étnica que desarrollan actividades políticas en la región, al igual que se destaca una comparación relacionada a la existencia de ejemplos de autonomías por identidades culturales en el mundo para finalizar en la narración sobre autonomías regionales desde las identidades étnicas en el Ecuador. Discusión y conclusiones. La cosmovisión de las sociedades, nos manifiesta que sus culturas como conjunto de relaciones humanas han trascendido en el tiempo y le han permitido al hombre conservar, reproducir, crear nuevos conocimientos y valores para la transformación de su medio social y cultural, por lo tanto, cada día cobra mayor importancia como sostén fundamental para la satisfacción de las necesidades espirituales y como elemento de influencia directa en la producción de medios materiales de vida para la sociedad. Es por ello que descifrar un camino dentro de la cosmovisión es una acción fundamental de la percepción transcendental de la existencia de la vida, ya sea está concebida como una totalidad en la cual la objetividad y la subjetividad están en interacción y todos los seres se encuentren en permanente movimiento. En este sentido, se puede mencionar que Ecuador es un hogar de culturas ancestrales que se han conservado a lo largo de los años, es por ello que el gobierno trabaja con la participación activa de los gobiernos provinciales y municipales, incorporando a las comunidades indígenas a los procesos de planeación del territorio. Esta discusión explica acerca de la territorialidad de las distintas comunidades y culturas del Ecuador a través del uso cultural del territorio, de modelos de ocupación y de elementos culturales en las prácticas cotidianas a partir de la cosmovisión del territorio originario, sustentándose en la forma de entender el sentido de lo humano y de la naturaleza así como la interrelación de estos, mediante las formas organizativas, políticas, económicas y de producción, donde todos estos elementos forman parte de nuestras culturas, se encuentran enraizados y a su vez orientados por lo comunitario; por ello la tenencia de la tierra debe ser colectiva ya que cultivamos y distribuimos en comunidad sus frutos. En lo que respecta dentro de su desarrollo económico ancestral hay que resaltar los aspectos centrales de su funcionamiento, como son el alto grado de reciprocidad (Ayni) y la propiedad comunitaria, es por ello que la construcción de alternativas civilizatorias en una economía centrada en el hombre, debe ser en permanente armonía con la naturaleza y la mayor participación de los movimientos sociales, generando un nuevo escenario que va más allá del contexto andino y abarca a toda la región latinoamericana. Por lo tanto, la cosmovisión es un tema de actualidad que requiere poner énfasis en la reflexión y en los aspectos de debate nacional, como el fortalecimiento de la identidad de los pueblos originarios, educación, salud, el reconocimiento de las lenguas originarias y de los territorios. Proyectándose a romper con el paradigma de la cultura occidental y encontrar en la cosmovisión territorial una riqueza incalculable de sabiduría que atraviesa nuestra filosofía de vida; no solo de los pueblos indígenas sino de los pueblos originarios como afrodescendientes, mestizos y montubios, permitiendo en si posibilitar la interculturalidad de los pueblos, apreciando la diversidad y las costumbres propias como la de todos y entenderla de mejor manera, llegando a que no se divida nuestra sociedad sino que conlleve a la integración y al respeto de estas dentro de un contexto general. Es así, que se debe tener muy claro que las culturas territoriales han mantenido potencialidades locales como de organización y estructura social, conocimientos y sistemas de producción, además, estas culturas inciden enormemente en la satisfacción autónoma de las necesidades, por lo cual un factor fundamental es la calidad de vida, una dimensión esencial no solo es la preservación de la identidad, sino también para la gobernabilidad, la ciudadanía, la cohesión social y la creatividad de los diferentes grupos humanos. Así mismo, es importante mencionar que el proceso de las culturas ancestrales nos demuestra que es posible construir un estado creando nuestros propios paradigmas, inclusive adoptando dinámicas económicas y conocimientos exógenos, y la misma vez adaptándolos a las exigencias y realidades actuales, sin sacrificar bases locales optimizando su manejo y fortaleciendo las capacidades autónomas e interdependientes de resolución de las necesidades. Por otra parte, al hablar de federalismo nace la necesidad de analizar la descentralización y regionalización ecuatoriana, las cuales no son nuevas en la historia política y administrativa de nuestro país. En este sentido, no es extraña su constante reaparición en la escena política, aún más si se tiene en cuenta que la legislación construida en los últimos años no enfrenta en forma estructural ni flexible estos temas por el contrario los reduce a combatir el centralismo y a enfocar el debate exclusivamente en la descentralización administrativa. Desde la independencia ecuatoriana han estado presentes el centralismo y el regionalismo entendido este último como el poder político que surge de las regiones para contrarrestar la intervención autoritaria del Gobierno Central. Por ende, la historia política del Ecuador se ha caracterizado por la diversidad de ideologías que han estado al frente de la administración de nuestro país. Por otra parte, es importante manifestar que entre las diferencias políticas e ideológicas han actuado los gobernantes de turno en conveniencia personal más no por sacar adelante el país, las desigualdades existentes, la discriminación hacia nuestros indígenas, el rechazo de las culturas y nacionalidades diversas, la falta de apoyo para unificar nuestras regiones son secuelas que han marcado nuestra historia, pero es necesario que el gobierno se centre en luchar por un mismo objetivo que es el progreso y desarrollo de nuestra patria con una administración transparente, equitativa y de cero corrupción. Pero ¿Llegará el día para que esto cambie? ¿Conseguiremos unificar nuestras regiones? ¿Podremos aplicar una propuesta federal?, son interrogantes que despiertan al colectivo hacia la posibilidad de este singular avance; pues ya hemos dado el primer paso dentro de la Constitución de la Republica del 2008 permitiendo que se consideren a todos los pueblos y nacionalidades por igual. Por otra parte, vale rescatar que la Constitución antes mencionada dio un giro a la forma de administrar el pueblo, debido a que dentro de su artículo primero manifiesta que el “Ecuador se organiza en forma de república y se gobierna de manera descentralizada”. Ya que la regionalización no es más que la unificación o agrupación de varias comunidades o pueblos para trabajar de forma íntegra por el bien común de quienes habiten la misma (cultura-etnia) y con ello generar mayor desarrollo económico y social de todo el país, manteniendo un lineamiento estratégico equilibrado. La división político-administrativa actual no necesariamente responde a las unidades geoeconómicas existentes ni a sus interrelaciones. El país necesita para su desarrollo integral, promover una regionalización de tipo horizontal que ayude a impulsar una unidad independiente fomentando actividades productivas sobre la base del aprovechamiento de los recursos naturales y ubicando en cada región mediante decisión política, industrias básicas que generen un efecto económico multiplicador. Si bien el tema de adoptar un sistema federalista atraviesa por múltiples discusiones y debates acerca de su pertinencia, como ya se dijo antes a breves rasgos, se debe considerar que el primer paso para adoptar ese sistema, quizá de una manera inconsciente, ya lo dió el país en año 2008 al establecer en su Constitución que el estado se organizara territorialmente en regiones, provincias, circunscripciones territoriales ancestrales, cantones y parroquias rurales, constituyendo así para ello gobiernos autónomos descentralizados. La conformación de un estado federal representa la asociación política entre diferentes naciones bajo las reglas del juego de la soberanía jurídica en base a la Constitución y por otra parte los estados tienen cierta independencia de soberanía territorial y personal para promulgar en sus territorios normas jurídicas dentro de su jurisdicción, algo similar a lo que hoy en día se hace dentro del país. Ya que recordemos que la ley le brinda cierta potestad por ejemplo a los gobiernos cantonales para dictar sus propias ordenanzas municipales, a cada gobierno provincial le delimita su circunscripción territorial en la que puede intervenir, en temas viales y de desarrollo y establece instituciones administrativas dentro de cada gobierno regional que serán de uso exclusivo para esa región. Quienes rechazan la idea de un federalismo lo hacen con la justificación de que las cosas están bien como están y que trascender de un modelo de estado a otro sería perjudicial para la economía nacional, pero debemos aclarar que pasar de un sistema político a otro no es algo fotuito, existe un proceso a seguir a mediano y largo plazo. A la actual República como la conocemos la preceden 190 años de una historia que ha estado en un constante cambio, entonces la idea de federalismo es una noción a considerar por aquellos jóvenes que algún día lideraran la herencia política que dejan sus predecesores. En la misma línea de análisis, el sur del país al ser considerada una región “poco productiva” se ve en la necesidad de rechazar una idea de un sistema federal, esto a decir de quienes se conformar con el Statu Quo de las cosas, pero es la misma Constitución de la Republica la que en su Art. 243 establece que, dos o más regiones, provincias, cantones o parroquias contiguas podrán agruparse y formar mancomunidades, con la finalidad de mejorar la gestión de sus competencias y favorecer sus procesos de integración. Esto abre un sin número de oportunidades y posibilidades de desarrollo e integración regional y lo más importante sin menoscabar la idea de ser entes autónomos. Por ello consideramos, que la idea de adoptar un sistema federal en nuestro país no es una idea utópica, ya que teniendo como precedente la Constitución del 2008 y la forma en como se ha venido adoptando inconscientemente el modelo Federal en la región sur del país podemos llegar a la conclusión de que este modelo ya se encuentra enraizado en la identidad ética y cultural de cada uno de los habitantes por ende esto lo convierte en un proceso viable, pertinente y oportuno a adoptar. Finalmente, se puede decir que el Federalismo no es el fin en el Estado Ecuatoriano, sino más bien una oportunidad para renacer como una sociedad ordenada, progresiva y autonómica que les permita a cada uno de los diversos sectores poder administrar sus propios recursos y a su vez poder definir su propio rol dentro del país sin tener que dejar de lado su propia identidad. (El manuscrito completo está disponible en el siguiente portal: https://www.researchgate.net/publication/344618395_Federalismo_Ancestral_para_un_Ecuador_encrucijado)