lunes, 30 de octubre de 2023

LA ENCRUCIJADA DEL SUR (ECUATORIANO)

El rumbo del desarrollo parece estar condicionado a los caprichos y deseos de los titiriteros que manipulan el mundo, en lo macro o en lo micro, respaldados por poderosas corporaciones cuyo único objetivo es enriquecerse sin medida, sin restricciones y sin vacilaciones. A pesar de los esfuerzos por promover la cooperación “Sur-Sur”, aún no hemos logrado crear un paradigma propio que refleje el sabor y la esencia de la tierra del sur ecuatoriano. Los extremos que hoy en día se hacen evidentes a través de la violencia desenfrenada en todo ámbito de actividad, delincuencia “de a pie” o “de frac” que recibe auspicios desde el gran mercado del narcotráfico, impulsado por una demanda creciente proveniente del Norte hemisférico. Nuestra política efectivamente ha evidenciado en los últimos procesos electorales una vergonzosa y en algunos casos obligatoria relación con carteles mafiosos, “tal como es arriba, es abajo” y este modus operandi nos emplaza a movernos constantemente hacia el medio, buscando un equilibrio para no perder la cabeza en el intento cívico. Nos situamos, por lo tanto, en un punto intermedio, en el cual buscamos la paz basados en nuestra identidad en ebullición, pero también despreciamos la posibilidad inmediata de recursos que nos ofrece el extractivismo depredador. Un punto intermedio en el cual se encuentra la gigantesca voluntad de los lojanos para impulsar el turismo, la conservación y la agroindustria, una voluntad arraigada tanto en el pasado como en el presente, y que se proyecta de manera honesta hacia el futuro. Cuando hablo de esto, me refiero al inmenso capital humano que posee la provincia de Loja, un tesoro que se exporta fuera de nuestras fronteras, el cual se promueve lastimosamente de manera periférica y ocasional. Si podemos establecer un círculo virtuoso de ciencia y tecnología en investigación y desarrollo (I+D), y a la vez superar el círculo vicioso de la migración y la fuga de cerebros, podremos aprovechar al máximo el potencial de esta tierra. Sin embargo, las tensiones que enfrentamos en cada actividad humana nos presentan únicamente opciones en blanco y negro. La búsqueda del equilibrio en su aplicación debe generar una auténtica transformación en nuestra provincia de Loja, creando empleos para las actuales y futuras generaciones, y evitando así el despoblamiento de nuestra ruralidad, una realidad cada vez más palpable según los resultados del censo de población y vivienda del 2023. La herramienta sigue y seguirá siendo la planificación, que tome de una mano la experiencia geopolítica y digitalice en la otra con las herramientas contemporáneas los escenarios de desarrollo sostenible que requiere la región “Yahuarzongo”. Cuando generamos una sinergia y volvemos a nuestros saberes originarios sobre agricultura sostenible y producción orgánica, nuestro potencial para alcanzar la seguridad alimentaria se fortalece y genera optimismo pragmático. Debemos remunerar adecuadamente a los agricultores y crear cadenas de suministro y mercados sólidos, que acerque efectivamente la región norte de Perú y sur de Ecuador. Este enfoque nos permitirá dar el primer paso hacia la transferencia de tecnología desde nuestras universidades y centros de investigación, aportando al desarrollo de nuevas empresas y la creación de nuevos productos que nos diferencien y resalten nuestra identidad cultural. En ese sentido, es un imperativo simultáneo rescatar y proteger los valiosos sitios arqueológicos de nuestra provincia, vinculándolos a un circuito turístico arqueológico y cultural, que se inicie en Lambayeque y concluya en Machala, dinamizando prioritariamente el segundo eje vial de integración binacional entre nuestros países. Esto nos permite recrear las actividades de las antiguas haciendas lojanas de una manera vivencial y acercando a los turistas la actividad productiva de productos emblemáticos de nuestra región como el arroz serrano, el café de altura, el cacao originario y todos y cada uno de los productos de este sector en donde los “andes se agachan”. Esta cruzada es además una tarea trazada para las nuevas generaciones, las cuales buscan alejarse del agotamiento de la naturaleza provocado por el exceso de actividad y anhelan encontrar nuevos caminos para proteger y preservar el equilibrio que define a nuestra provincia de Loja. Nos encontramos en una constante encrucijada entre el pasado y el futuro, entre certezas y búsquedas, entre la cultura y el optimismo. Pero en estas contradicciones, en esta lucha constante por encontrar el equilibrio, radica nuestra verdadera fortaleza. Somos guardianes de nuestro propio destino, y debemos unirnos en esta revolución motivacional y crítica, que nos permita construir un nuevo paradigma de desarrollo en Loja. Al final del día, depende de nosotros marcar la diferencia y construir un futuro próspero para nuestra provincia y nuestra gente. La clave está en conservar nuestro patrimonio cultural, fomentar la innovación y la investigación, y aprovechar nuestras fortalezas como comunidad. Seamos los guardianes del equilibrio, los impulsores del cambio y el legado de una Loja en constante evolución.